Da gusto pasear por Madrid en estas fechas, da gusto mezclarse con la gente, con los de aquí, con los de allí, con los de más allá, da gusto ver el espíritu navideño que se respira por todos lados, da igual por donde estés, da igual porque calle pases, por todas hay personas, por todas hay gente empapada de navidad y esa es una de las razones por la que decidimos ir de paseo por Madrid.
Llegas a Plaza Mayor y allí están los loteros con sus pizarras blancas llenas de los décimos de lotería que les quedan por vender, todos aseguran tener la suerte, todos dicen ser los poseedores de los décimos premiados y eso está por ver.
Ir a Sol de compras, hacerte fotos en el gran árbol de Navidad que se instala todos los años en la plaza, ir de compras a los centros comerciales y parar para reponer fuerzas en una cafetería en la que degustar unos calentitos churros con chocolate. Proseguir con el viaje y llegar a ver cortilandia, un espectáculo que a los niños les encanta y a los grandes también. Poder ver a la gente con sus prisas, sus narices rojas por el frio, sus bolsas con las compras de última hora, la gente contenta porque se acaba el año y empezaremos uno nuevo con mucha ilusión y muchos proyectos.
No sé porque se ha sacado la moda de disfrazarse en estas fechas, pero así es, paseas por las calles abarrotada de gente y algunos, la mayoría llevan unos gorros muy simpáticos con cuernos de alce, con pompones, gorros de papá Noel de mil colores, texturas, algunos con luces, otros con sonidos… pelucas de diferentes estilos y muy coloridas y algunos llevan hasta los trajes completos como si de carnaval se tratase. Pero lo mejor de todo es que todos se lo pasan muy bien, aunque todos llevan prisa, todos van contentos, algunos ríen a carcajadas, otros son más comedidos, hay mimos por la calle, personas disfrazadas par que os transeúntes nos saqueos fotos por un pequeño donativo, payasos ofreciendo globos a los más pequeños y personas que trabajan como estatuas para sacar algo de dinero para sobrevivir.
La Navidad se vive de distintas maneras en Madrid y en cualquier lugar, lo importante es tener el espíritu navideño que nos lleva a ser felices aunque no queramos.